Me llena de orgullo portar el uniforme y pertenecer al Ejército Nacional, aportando un granito de arena desde este punto, atendiendo a todo nuestro personal uniformado y civil desde mi carrera como enfermera profesional_.
Se dice que la paciencia es la virtud de los fuertes y que la serenidad nos enseña a ver las cosas en su verdadera luz y apreciarlas en su justo valor, es que cuando se trabaja con pasión y vocación es la única manera de realizar un buen trabajo; esta es la forma en cómo lo determina la mayor Sandra Parra, Enfermera Jefe, quien desde muy joven sintió su vocación hacia la ayuda de los enfermos y la admiración por la enfermería.
Con tan solo 39 años y una vida llena de retos, la mayor Sandra Patricia Parra Gómez ha entregado su vida entera al servicio de la salud, su vocación inició cuando tenía tan solo 17 años de edad y la afinidad por ayudar a los que más lo necesitaban fue el pilar fundamental para iniciar con su carrera profesional en la Universidad de los Llanos, en la cual culminó sus estudios cuando tenía 22 años de edad; orgullosa de titularse como jefe enfermera, encuentra en la rama militar la oportunidad de explorar un mundo nuevo, enfrentarse a retos y proyectarse a futuro.
Su vida militar inició en el año 2007 cuando asciendió junto con 75 profesionales más al escalafón de oficiales como subteniente, con muchas ilusiones y el deseo de servir, ha estado dentro de la institución ya hace 14 años, y es que la serenidad con la que se expresa demuestra que sin duda alguna ha sido la mejor decisión que ha tomado en su vida.
Actualmente lleva dos años como directora del Dispensario de Sanidad de la Décima Octava Brigada en el municipio de Arauca, sintiendo total gratitud por desempeñar ese cargo y manifestando que no ha sido fácil por el orden público, pero que siempre ha estado con disposición de cumplir la misión institucional de apoyo y atención al personal.
Es especialista en alta Gerencia de la Calidad y Auditora en Salud de la Universidad Cooperativa de Colombia, oriunda de Villavicencio, capital del departamento del Meta. En en su hablar se nota la gallardía con que ha enfrentado la vida, y es que ser madre, esposa e hija no es tarea fácil, menos cuando se tiene una carrera militar.
De forma mesurada y con un tono sutil nos comenta que durante su trayectoria como Enfermera Jefe y estar dentro del área de operaciones, ver al personal militar herido y en muchos casos verlos fallecer, ha sido uno de los retos más difíciles que ha tenido que afrontar con valentía.
Con éxito ha sobrepasado una pandemia, estuvo encargada de brindar atención a más de siete mil hombres desplegados en todo el departamento de Arauca. Han sido múltiples los retos a los que se ha enfrentado el personal médico y es ella quien ha liderado estos años esta situación en el Dispensario de Sanidad de la Décima Octava Brigada en el municipio de Arauca, que contra viento y marea ha logrado sacar adelante, trabajando con las uñas y poniendo en riesgo su salud.
Se determina como una mujer muy amorosa y entregada a su familia, estar lejos de sus seres queridos ha sido sin duda el motor que la impulsa a seguir adelante y a dar lo mejor de sí misma, tener a sus hijos cerca es la fortaleza para afrontar todos los días con la mejor disposición, brindar su atención y sus conocimientos adquiridos durante toda su vida militar, hacen de ella una mujer integra.
Su futuro lo ve como general del glorioso Ejército Nacional para seguir aportando de su especialidad un granito de arena y así seguir luchando por nuestro país.